Preparados e ilusionados de nuevo. Ahora, sí que sí, tenemos que hacerlo posible. Hay muchas reformas pendientes y es cierto que queda mucho trabajo por hacer pero tenemos mucho trabajo ya avanzado. Sólo falta, el sí definitivo. El sí ganado que el bloqueo institucional nos ha negado.

Ganamos las elecciones, fuimos la fuerza más votada y no queríamos nuevas elecciones. Nunca quisimos una repetición electoral.

Algunos pensarán que no hubo suficiente esfuerzo para conseguir pactos pero sí los hubo por parte del PSOE. Me consta que hubo muchos intentos por evitar una repetición electoral pero la situación de bloqueo institucional los impidió.

Siempre tuve la impresión que aunque teóricamente Pablo Manuel cedió a no formar parte del gobierno, en la práctica se demostró que no fue así. La propuesta planteada antes de la votación de investidura era razonable y factible. «Votar no» era demostrar que nunca tendrían bastante. De hecho, su portavoz, Irene, votó no al votar por correo telemático. Su intención  era lanzar al gobierno al precipicio sin pensar en las consecuencias.

Y en una negociación si cedes al chantaje siempre estarás sujeto a él.

¿Había que ceder a cualquier precio? En julio comprobamos que nunca iba a haber bastante para aquellos que exigían precio a su voto. Y lo corroboramos en septiembre cuando tampoco daban por bueno lo de julio, lo consideraban sólo un punto de partida. Algunos nos acusan  que nosotros no considerábamos bueno lo que habíamos propuesto en julio y eso no es cierto. Lo considerábamos bueno como una propuesta que se hizo en el marco de una negociación, pero que resultó fallida.

Cerrada una negociación se abre otra. Los márgenes de negociación son los que son. No se puede ceder sólo por una parte, la cesión debe producirse por ambas partes.

Y lo cierto y verdad es que hay grupos que han demostrado que su único interés ha sido y es poner las cosas difíciles al PSOE con independencia de las consecuencias para el país.

 

 

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