Hoy, hemos constituido la Mesa del Congreso de los Diputados, iniciando así la XIV Legislatura. La empiezo ilusionada pero cada vez más consciente de la gran responsabilidad que supone formar parte de la Cámara Baja. Y lo hago, muy agradecida a todos los que han confiado en mi persona para continuar como Diputada por Alicante. Es un honor para mí representar y defender el interés general de los españoles, con el corazón puesto en Alcoi y la mente en el mundo, con una enorme capacidad de trabajo y la convicción de que con positividad y esfuerzo es posible superar todos los retos personales, políticos y profesionales a los que nos enfrentamos.

La esperanza por mejorar, la ilusión por avanzar hacia un mundo mejor, son el motor hacia el progreso y, sin duda, son el impulso que nos mueve a los socialistas. Y con ese espíritu, pretendemos hacer realidad y lo antes posible un gobierno progresista que deje atrás el bloqueo institucional en el que nos encontramos.

Es cierto que vivimos tiempos difíciles, aunque nunca los ha habido fáciles. Cada tiempo tiene su complejidad, su diversidad y sus adversidades. Pero si comparáramos la actualidad con otras etapas de la historia de la humanidad, comprobaríamos que a pesar de las dificultades, vivimos la mejor etapa de prosperidad de todos los tiempos. Una era en la que España se ha convertido en uno de los mejores lugares donde vivir. De hecho, si las expectativas se cumplen, en 2040 nos convertiremos en el país con mayor esperanza de vida del mundo según un estudio de la universidad de Washington en 2018. Sin embargo, es cierto, que queda mucho por hacer.

Somos muy conscientes que ha habido errores políticos a lo largo de los cuarenta años de democracia pero reconocerlos no pueden deslucir y enmascarar el gran éxito de convivencia que ha supuesto nuestro sistema democrático. Hoy, disfrutamos de una democracia  más arraigada, pero todavía imperfecta, con una ciudadanía más formada, más exigente y crítica. Una sociedad más consciente de las carencias y que aspira con mayor intensidad a defender una posición mejor en todos los aspectos. Factores que han sido abono indiscutible para que la fragmentación parlamentaria sea una realidad cada vez más consolidada. Una característica de la mayoría de los países con democracias avanzadas.

En esta legislatura, contaremos con la presencia de 19 formaciones políticas, con diferentes visiones pero con un objetivo común: la voluntad de hacer frente a los problemas y desafíos a los que se enfrenta la sociedad.

La voluntad puede ser la misma pero no el fin, la estrategia o los medios para conseguirlo.

El quid de la cuestión para que la legislatura perdure será conseguir identificar retos comunes y soluciones compartidas, que conciten el respaldo de una mayoría parlamentaria en un gobierno progresista liderado por quien ha ganado las elecciones: el partido socialista encabezado por Pedro Sánchez.

Una tarea que no será fácil ya que la complejidad se ha hecho más visible al haberse demostrado invisible la «cultura del acuerdo entre diferentes» que puede llevarnos, si no lo remediamos a perpetuarnos en el bloqueo y a una nueva repetición electoral. Está en nuestras manos, recuperar el diálogo, el acuerdo y el consenso. Ese será nuestro mayor desafío pero también nuestro mayor incentivo.

Y, está claro que las derechas no lo van a poner fácil. Están dispuestos a poner todas las trabas que sean necesarias para que no prospere la legislatura. Desde el primer momento, han apostado por impedir la investidura del candidato socialista. No saben perder, no asumen que la ciudadanía no les ha dado el respaldo mayoritario y entienden que las soluciones no pueden venir de la izquierda. Las derechas  han salido beneficiadas por la repetición electoral mejorando con ella su representación parlamentaria con respecto a los anteriores comicios. Y, como siempre, una vez más, demostrarán anteponer sus intereses partidarios a los del país.

De hecho, hoy, ya hemos podido ver la actitud bronca, faltona y frentista que han mostrado las derechas y que pretenden mantener a lo largo de esta legislatura. Así se ha hecho evidente cuando la portavoz del partido popular se ha permitido la licencia de advertir e incluso de amenazar con consecuencias para los diputados electos y para la presidenta , por la forma en la que se pudiera realizar el acatamiento, interrumpiendo  el inicio del llamamiento e inmiscuyéndose  de manera impropia e innecesaria en las responsabilidades de la presidencia.

Aprovecho para felicitar a los miembros escogidos para la Mesa y en especial, a la Presidenta Meritxell Batet,  que no sólo ha demostrado ejercer con maestría sus responsabilidades como presidenta, sino también exhibir su talante y sabiduría, tan necesarios para evitar tensiones y enfrentamientos estériles.

Termino, recordando algunas frases de los discursos de la presidenta en las sesiones constitutivas de mayo y diciembre:

Diario de sesiones 21 de mayo: «El Parlamento es el lugar de la palabra y de la representación, y conviene que ambas coincidan;somos la expresión plural y diversa de una sociedad plural y diversa, en España en su conjunto y en cada uno de sus territorios. Y más allá de la comprensión simbólica del mandato de cada diputado ninguno de nosotros individualmente ni ninguno de nuestros partidos por sí solo representa en exclusiva a España ni a ninguno de sus territorios, ni la voluntad de toda la ciudadanía. Cada uno de nosotros somos del pueblo, pero ninguno somos el pueblo; siempre y en todas partes hay un otro legítimo y distinto al que solo
podemos exigir el respeto a la ley. Solo cuando el Congreso habla con voz unánime deberíamos decir —y
aun con cautela— que expresa la voluntad del pueblo, de todo el pueblo; solo cuando habla desde un
amplio consenso podemos afirmar que nos acercamos a esa aspiración. Este es un primer ejercicio de
honestidad y trasparencia que nos ayudaría mucho a todos a cumplir eficazmente con nuestra misión.»

Diario de Sesiones 3 de diciembre: «Hoy, en el Congreso con más agrupaciones políticas de nuestra historia democrática, puede parecernos que nuestra fragmentación y la disparidad de nuestras posiciones harán estéril cualquier diálogo, pero quien eso crea hará bien en pensar que el diálogo es en la política lo que el trabajo de investigación básica es en la ciencia. Y como dijo Margarita Salas, quien merece un recuerdo en esta Cámara por su contribución a la ciencia en España, lo importante es hacer investigación básica y, luego, de esta pueden salir resultados aplicables que no son previsibles a primera vista y, sin embargo, salen. Invirtamos, pues, en respeto y diálogo leal porque de esa inversión, estoy segura, saldrán resultados.»

Pin It on Pinterest